La medida va en desmedro de los desarrollos de Intel y AMD, y en favor los SoCs de ARM de diseño ruso. El espionaje a cargo de la NSA podría explicar esta decisión.
Un nuevo capítulo en la rivalidad histórica de Estados Unidos y Rusia
exhibe, en esta ocasión, matices de orden tecnológico. Según informa el
sitio Geek.com, a través de su Ministro de Industria el
gobierno de Rusia anunció que sus equipos informáticos ya no utilizarán
procesadores de Intel y AMD, dos fabricantes estadounidenses, optando
de ahora en más por una variante de SoCs ARM los cuales son diseñados en
su país. Estos procesadores, de nombre Baikal, están basados en la arquitectura Cortex A57 de 64 bits, son de ocho núcleos a 2GHz.
Según se informa, aquellos procesadores debutarán hacia 2015, al tiempo
que en 2016 se prevé la aparición de una versión de 16 núcleos. Se
espera que el gobierno ruso compre unos 700 mil equipos con esta
tecnología y cerca de 300 mil servidores, en el marco de una inversión
cercana a los US$1.3 mil millones. Esta decisión, al parecer motivada
por razones de seguridad interna, se traduce en millonarias pérdidas
para Intel y AMD.
La fuente sugiere que esta decisión se vincula a las maniobras de espionaje a cargo de la NSA,
escándalo internacional que tuvo su punto de partida tras la
divulgación de una serie de documentos a cargo del ex analista de
aquella agencia estadounidense, Edward Snowden. Además de la vigilancia a
gobiernos, empresas y particulares, también se cobró carácter público
una estrategia de la NSA consistente en intervenir equipos de hardware como routers, antes de su llegada a los consumidores.
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